Palabras
Son palabras. Palabras acumuladas en hojas mutiladas de polilla y amarillas de tiempo. Palabras reunidas al caer de las horas al paso de los años. Palabras silentes ... dormidas en inútil encierro. Palabras que hallaron en la voz del sentimiento la razón de su existencia y el calor de su expresión. Palabras simples ... sentidas que ahora afloran a la luz buscando renovada expresión: un despertar de emociones un hallazgo de lejanas vivencias un encuentro con el propio yo un descubrirse en la idea en la imagen y en el espacio en el tiempo que retrocede a su llamado en el recuerdo Palabras rescatadas de las ruinas del ayer olvidado que ahora vuelven a vibrar cobran vida nueva y nacen a la luz uaspermanecerocuhas en voluntario encierro. Palabras viejas y nuevas que pretenden hallar un espacio en los reductos más sensibles y generosos de tu corazón amable lector amigo.
En el grito de mi sangre
Te he buscado en la palabra, en el sonido de mi voz llamándote, en toda esa música que es tu nombre, en la complicada figura de tu amor anhelante ... pero no estás en nada de eso con tan firme clarísima certeza como te encuentro en el cadente grito de mi propia sangre, ioh, dulce mía! Desde esa sustancia interna y mía que formas tú dentro de mí y con toda mi voz en la que habitas tú, me levanto ahora para romper la línea muda de mis labios ... y los abro desde adentro para hablar contigo, para que mi palabra escale los cielos encendidos de tu alma y detenga en la mía el milagroso don de tu presencia promisora, vida mía. Hoy, que en mi ansiedad de ti te llamo, quebranto la leve entraña de mi silencio Y tu nombre escapa de mis arterias, de toda mi sangre enloquecida por ti, para sonorizar este llamado que es mucho más tuyo -por todo lo que eres tú para mí- que mío -por todo lo que dejaría de ser tristemente sin ti-. i Escúchame ... !, porque el amor ya hace tremecer en nuestra intimidad hasta la palabra que en lugar de nacer expresa la recóndita gestación de su interminable ansiedad juntando tus labios a los míos en la maravilla del beso que se siente cual fuego aunque la carne no se toque todavía. iAmémonos ... más aún ... vivamos entero este brillante amor. este cósmico amor que tanto quema -oh, lejana mía tan cercana- " y que en esta voz que tú arrancas de mí : -~ escuches todos mis anhelos de ser -si así lo quieres tú- promesa fiel y eternamente cumplida en tus deseos!
Tres nocturnos…
I iAsí como se duele la tierra de su espacio y el cosmos de su noche, me estás doliendo tú .. . te estoy doliendo yo .. . nos estamos doliendo desde una eternidad ya sin memoria! La tristeza -viajera trasumante- nos llega de todos los confines del recuerdo ... y el amor nos huye, se refugia y va extinguiéndose · en la flotante hoquedad del sentimiento. iAy, mujer-amor, cuánto duele este amar infinito que se va diluyflndo en el espejo sin fondo de los días, · mutilado a pedazos sangrado de torpezas agónico de sombras y de olvidos ... !